Filotea, muy querida Filotea, te escribo esta carta para recordarte que Cristo nos amó y se entregó por todos y cada uno de nosotros.
Dios es Amor, Dios nos amó, ama y amará. Mi Filotea, no te cierres al Amor de Dios. Con dolor debo decirte que el que se cierra al Amor de Dios, se abre al odio de Satanás; que el que se cierra al amor al prójimo, se abre al odio al demonio. Con gozo debo decirte que el que se abre al Amor de Dios, se cierra al odio de Satanás; que el que se abre al amor al prójimo, se cierra al odio al demonio. Con Dios hay Amor, sin Dios no hay Amor; con Satanás hay odio, sin Satanás no hay odio. El lenguaje de Dios y de sus ángeles y de sus santos es el Amor. El lenguaje de Satanás y de los demonios y de los condenados es el odio.
Filotea, hija mía, ama, ama como Dios ama, ama como Cristo ama; así serás amor como Dios es Amor. Si amas, te entregarás; si te entregarás, servirás; si sirves, vivirás. Viene a mi memoria lo que decía Santa Teresa de Calcuta:
Quien no vive para servir, no sirve para vivir.
Si quieres vivir, sirve; si quieres servir, entrégate; si quieres entregarte, ama. Sé amor como Dios es Amor. Cristo amó, se entregó, sirvió y vivió; y; eternamente vive, sirve, se entrega y ama.
Jesucristo está vivo y quiere que vivas, sirve y quiere que sirvas, se entrega y quiere que te entregues, te ama y quiere que ames.
Filotea, muy querida Filotea, sé hostia como Jesucristo Hostia, ¿cómo ser hostia como Jesucristo Hostia? Ama con y como Jesucristo ama, entrégate con y como Jesucristo se entrega, sirve con y como Jesucristo sirve, vive con y como Jesucristo vive. ¿Cuándo amar, entregarse, servir y vivir con y como Jesucristo? En la cruz, porque aquel que ama, se entrega, sirve y vive en los momentos dolorosos y tristes; también amará, se entregará, servirá y vivirá en los momentos alegres y gozosos; en la luz. ¿Cómo amar, entregarse, servir y vivir con y como Jesucristo? Vida de oración frecuente y vida sacramental frecuente; así amarás, te entregarás, servirás y vivirás con y como Jesucristo. ¿A quién amar, entregarse, servir y vivir con y como Jesucristo? En primer lugar a Dios y luego al prójimo; a todos y a cada uno. El amor, entrega y servicio a Dios te lleva a amar, entregarte y servir al prójimo; a todos y a cada uno.
Viene a mi memoria lo que decía San Pablo:
Estoy crucificado con Cristo; vivo, pero no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí. Y mi vida de ahora en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.
También viene a mi memoria lo que decía Jesucristo:
Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará.
Pon todo de ti, que Dios pone todo de Sí. Déjate modelar por Dios, por su Amor, por su Gracia.
Dios que ha empezado en ti esta buena obra, la llevará adelante hasta el Día de Cristo Jesús.
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