Muy querida Filotea, te escribo esta carta para hacerte partícipe de mi alegría: soy ministro extraordinario de la Sagrada Comunión; soy Acólito.
Mi Filotea, ¡qué importante es comulgar! ¡qué importante es recibir con los labios, aún mas, con el corazón a Jesucristo Eucaristía! A este que tengo en mis labios, en mi corazón; ahora, además, lo tengo entre mis manos, para que muchos lo tengan en su corazón, en sus labios.
Filotea, hija mía, deseo que seas persona de Oración y Comunión frecuente. Pues si con acierto se dice que la Oración es diálogo del hombre; varón o mujer, con Jesucristo, de Jesucristo con la persona; con acierto me atrevo a decirte que la Comunión es abrazo de amor del hombre; varón o mujer, con Jesucristo, de Jesucristo con el hombre; varón o mujer. Cae en la cuenta que recibes a Jesucristo, el Verbo Encarnado, Dios hecho hombre, el Hijo del Padre, la Sabiduría de Dios, el Crucificado, el Hijo de María en su virginidad perpetua, el Hijo de José por adopción.
Muy querida Filotea, comulga como si fuera tu primera Comunión, como si fuera tu única Comunión, como si fuera tu última Comunión. No vivas de forma ordinaria aquello que es extraordinario, mejor vívelo siempre con extraordinario amor. Comúlgale como si fuera la última vez, pues no sabes si dentro de unos segundos te reclamará la vida. Comúlgale como si fuera la única vez, para que no conviertas aquello que es extraordinario en algo ordinario. Comúlgale como si fuera la primera vez, para que lo recibas con extraordinario amor.
La Eucaristía es puerta que nos abre de par en par las puertas del Cielo en nuestro corazón. La Eucaristía es puente que une a Dios con los hombres, que los hombres han de cruzar en su camino de divinización, de unión con Dios.
Muy querida Filotea, un día sin comulgar a Jesucristo Eucaristía es un día perdido en tu vida. Pues Dios es el sentido de la vida y sin Dios la vida carece de sentido. Acércate con corazón humilde, sencillo y pequeño, con corazón puro y limpio de toda mancha de pecado; y; devórale, que Él te devorará a ti; y; más uniréis en santa amistad.
Dios que ha empezado en ti esta buena obra, la llevará adelante hasta el Día de Cristo Jesús.
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