Ir al contenido principal

“Siervo como el Siervo” [16/III/2022]

Teófilo, mi tan querido hijo, te escribo esta carta para recordarte que Agapito no piensa como piensa el mundo, sino que su pensar es divino y humano, y el humano se adecua al divino, pero no mundano, no se adecua al mundo.

Teófilo, este mundo te propone crecer, Agapito te propone menguar; este mundo te propone destacar, Agapito te propone pasar desapercibido; este mundo te propone ser un señor que tiraniza y oprime, Agapito te propone ser señor que sirve.

Lo que Agapito propone no lo propone por palabrería, sino que lo propone porque Él lo vive, Agapito propone compartir su misma vida, vivir lo que Él vivió, que vivamos nuestra vida con Él y como Él.

Teófilo, Agapito no creció, sino que menguó, pide la gracia de querer menguar y de no querer crecer; Agapito no destacó, sino que pasó desapercibido, pide la gracia de querer pasar desapercibido y de no querer destacar; Agapito no fue Señor que tiranizó y oprimió, sino que fue Señor que sirvió, pide la gracia de querer ser señor que sirve y de no querer ser señor que tiraniza y oprime.

Teófilo, mi tan querido hijo, el servicio ha de estar en el hablar de todo cristiano, como lo estuvo en el hablar de Agapito, mi Hijo; ha de estar en la cabeza de todo cristiano, como lo estuvo en la Cabeza de Agapito, mi Hijo; ha de estar en el corazón de todo cristiano, como lo estuvo en el Corazón de Agapito, mi Hijo; ha de estar en el actuar de todo cristiano, como lo estuvo en el actuar de Jesús, mi Hijo.

Trae a tu corazón aquella frase de Santa Teresa de Calcuta:

Quien no vive para servir, no sirve para vivir

Teófilo, mi tan querido hijo, quiero verte con Jesús y como Jesús, siervo con Jesús siervo. Tú siervo de Jesús como Jesús es siervo de ti. Tú siervo de todos y cada uno como Jesús es siervo de todos y cada uno.

Iehosif, Esclavo del Señor, esposo de Maryam y Padre de Agapito

Comentarios

Entradas populares de este blog

“José, con su vida, parece querer decirnos que...” [24/XI/2021]

“José, con su vida, parece querer decirnos que siempre estamos llamados a sentirnos custodios de nuestros hermanos, custodios de quien se nos ha puesto al lado, de quien el Señor nos encomienda a través de muchas circunstancias de la vida.” Audiencia General, 24/XI/2021, Papa Francisco • • • • Comentario ¿Soy yo el guardián de mi hermano? (Gen 4, 9). Ciertamente somos guardianes, custodios de nuestros hermanos, de todos y cada unos, sea quién sea. Todos estamos encargados del cuidado de todos, hemos de comprometernos todos con todos. Y todos somos custodiados y guardados por el Custodio, por el Guardián. Jesucristo es nuestro Custodio, nuestro Guardián. El aprendió esta tarea de su padre José encargado de custodiar y guardar a la Sagrada Familia, custodio y guardián de Jesús y María. Y Dios nos preguntará por nuestro hermano ¿dónde está tu hermano? (cf. Gn 4, 9) ¿le has cuidado? ¿le has cuidado como Jesús te cuida? ¿le has cuidado como Jesús le cuida? ¿te has preocupado por él? ¿te ha...

“Cristiano y satánico” [25/V/2022]

Muy querida Filotea, te escribo esta carta para recordarte la importancia del amor, que el amor me lo ha explicado todo. Mi Filotea, así se nos ha revelado Dios: Dios es Amor. Así pues, todas las acciones de Dios son actos de Amor. La Creación es acto de Amor de Dios; la Encarnación es acto de Amor de Dios; la Redención es acto de Amor de Dios; la Iglesia es acto de Amor de Dios... tú y yo, todos y cada uno de nosotros somos acto de amor de nuestros padres y acto de Amor de Dios. Filotea, hija mía, me detengo en ver cómo el Amor de Dios y el amor de las criaturas es un amor creativo y constructivo, que crea y que construye. El amor lleva a entregarse, entregarse lleva a servir, servir lleva a un amor mayor. Filotea, hija mía, me detengo en ver cómo el odio de las criaturas es odio destructivo, que destruye. El odio lleva a reservarse, reservarse lleva a servirse, servirse lleva a un odio mayor. Filotea, muy querida Filotea, es propio de los cristianos el cultivar en su corazón el amor ...

“Tiempo para Dios” [31/V/2022]

Teófilo, mi tan querido Teófilo, te escribo esta carta para recordarte que estoy vivo y te quiero vivo. Teófilo, vivo en el Sagrario, mi casa entre los hombres. Mas tengo contra ti y contra muchos el que no me visitáis lo suficiente. ¿Quieres vivir? Yo soy la Vida. ¿Quieres saber? Yo soy la Verdad. ¿Quieres ser bueno? Yo soy la Bondad. ¿Quieres contemplar lo bello? Yo soy la Belleza. ¿Quieres amar? Yo soy el Amor. Teófilo, ven a Mí y procura de pasar largos ratos conmigo: unos dialogando, otros callando; unos alegres, otros tristes; unos sonrientes, otros llorosos; unos gozosos, otros dolorosos... Así es, mi tan querido Teófilo, amor y cruz están unidos. El amor puro no es el que está en los momentos alegres y gozosos, sino el que ante todo está en los momentos tristes y dolorosos. Los momentos dolorosos y tristes son como las noches, solo son alumbrados por un puñado de estrellas y de la Luna, pocas estrellas y lunas, pues son pocos los que aman en la cruz. Los momentos gozosos y aleg...