Muy querida Filotea, te escribo esta carta para centrar tu corazón, para centrar tu intimidad, para centrar tu entendimiento, para centrar tu voluntad, para centrar tu vida.
Parto de aquella frase que ya conoces, pero que ha de estar profundamente arraigada en tus labios y en tu corazón, porque es abismo de fe, de esperanza, de caridad, porque es abismo de verdad; nos dice San Agustín de Hipona:
Nos hiciste, Señor, para Ti; y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti.
El hombre ha sido creado por Dios y para Dios, el hombre ha sido creado por Amor, para amar y ser amado. Dios es Amor. Dios ha creado al hombre por su Amor, para amar a Dios y ser amado por Dios. Aquel hombre; varón o mujer, que deseche de su vida a Dios, está desechando de su vida el sentido de la vida, la vida sin Dios no tiene sentido.
Mi Filotea, levanta la catedral, que es tu vida, sobre el cimiento firme, sobre la piedra angular que es Dios. Confía totalmente en Dios, espera totalmente en Dios, ama totalmente a Dios. Solo cuando una persona vive centrada en Dios, el centro de su vida es Dios, es feliz y hace feliz a cuantos le rodean. Aquella persona cuyo centro es Dios es irradiadora de Dios, transmite con su propia vida cómo Dios es: esa persona irradia amor porque Dios es Amor, esa persona irradia luz porque Dios es Luz, esa persona irradia misericordia porque Dios es Misericordia, esa persona irradia perfección porque Dios es Perfección, esa persona irradia belleza porque Dios es Belleza, esa persona irradia verdad porque Dios es Verdad, esa persona irradia bondad porque Dios es Bondad, esa persona irradia santidad porque Dios es Santidad.
Toma la frase de San Agustín de Hipona como propia, hazla tuya, di con tus labios y con tu corazón:
Me hiciste, Señor, para Ti; y mi corazón está inquieto hasta que descanse en Ti.
Muy querida Filotea, Dios se nos da totalmente y totalmente mora en esa persona que le ha abierto de par en par las puertas de su vida. ¡No tengas miedo!, abre de par en par las puertas de tu corazón a Cristo y que Él sea el centro.
Dios que ha empezado en ti esta buena obra, la llevará adelante hasta el Día de Cristo Jesús.
Comentarios
Publicar un comentario