Marcos 16, 15-18:
15Y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. 16El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado. 17A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, 18cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».
Amado, heme aquí en tu presencia.
Teófilo, mi tan querido Teófilo, ¿qué me decís?
Amado, mi Agapito, hazme conocer más y mejor tu Palabra. Amado, instrúyeme y enséñame para conocer y amar, para amar y conocer.
Mira Teófilo que mis sacerdotes son continuadores de mi obra entre los hombres. Pues así como yo anuncié el Evangelio entre los hombres, ahora son los hombres los que han de anunciar el Evangelio a toda la creación.
A toda la creación significa que el Evangelio llegue a todas partes, conlleva tener auténtico fuego en el corazón y tener celo de encender el mundo entero en el Amor de Dios y a Dios.
¿Qué quieres que haga?
Teófilo, mi tan querido Teófilo, predica con tu vida la fe que llevas en el corazón, predica con tus palabras y obras que Dios es Amor. Sé en todo momento y en todo lugar, ahora de seminarista y mañana de sacerdote ordenado, prolongación de Mí. Tu vida sea prolongación de mi Vida, tus palabras sean prolongación de mis palabras, tus obras sean prolongación de mis obras... Tú seas prolongación de Mí.
Haz lo que Dios quiere, quiere lo que Dios hace.
Hágase tu voluntad.
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