Diario Espiritual, 30/XI/1720, Pablo de la Cruz (Santo)
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Comentario
La humildad es la puerta estrecha que conduce hasta la salvación, la soberbia es la puerta ancha que conduce hasta la condenación. Jesucristo entró por la puerta estrecha de la humildad, el demonio entró por la puerta ancha de la soberbia. Jesucristo se humilló hasta el fondo y fue levantado hasta lo alto, se humilló hasta el Infierno y fue levantado hasta el Cielo; el demonio se levantó hasta lo alto y fue humillado hasta el fondo, se levantó hasta el Cielo y fue humillado hasta el Infierno.
Nosotros estamos en la escuela de Jesús, somos cristianos, hemos tenido un encuentro con Cristo. No se puede ser cristiano sin seguir a Cristo, no se puede ser cristiano sin imitar a Cristo, no se puede ser cristiano sin configurarse con Cristo. ¿Quieres ser cristiano? Seguir, imitar y configurarse con Cristo. Se trata de vivir por Cristo, con Cristo y en Cristo. Esta es la escuela de Jesús: seguir, imitar y configurarse con Cristo; es decir, vivir cada día, cada hora, cada segundo por Cristo, con Cristo y en Cristo.
Jesús quiere para todos y cada uno de nosotros la preciosa virtud de la humildad; pues, así como Él la vivió, desea que todos y cada uno de nosotros la vivamos también. Para que, así como Jesús se humilló hasta el fondo y fue levantado hasta lo alto, se humilló hasta el Infierno y fue levantado hasta el Cielo; así también todos y cada uno de nosotros nos humillemos hasta el fondo y seamos levantados hasta lo alto, nos humillemos hasta el Infierno y seamos levantados hasta el Cielo.
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